Me pide el amigo Charly, siempre preocupado por el bien del pueblo, que escriba unas letras sobre las fiestas para el blog.
De mil amores le digo que sí y aquí me tienes. Pienso principalmente en los miembros de la asociación AMIGOS DE REINOSO. Y dentro de éstos, en aquellos que no habéis podido venir este año a las mismas. Resultaron francamente bien. Duraron cuatro días, seguidos del domingo 18 de agosto. Estrenamos alcalde y corporación. La Virgen de la Asunción, es una opinión, creo que se elevaría un tanto más hacia los cielos. Al menos los de Reinoso, logramos no hundirnos un metro más hacia el suelo. Hubo hinchables para los niños. Tres días de música: Fran Paino con canciones POP, Orquesta Materia Prima para el día grande del 15 y Disco Móvil con DJ URBAN (Nuestro querido Jesús de la Rosa, presente).
Bailamos y nos acordamos de vosotros y vosotras a quienes echamos de menos. Apuntad las fechas ya desde hoy mismo pensando en el 2020. Hubo misa por vivos y difuntos. Salchichada, concurso de tortillas y chocolatada. Ya sabéis. Actividades clásicas en estos pueblos cerrateños que bien merecen disfrutar del único fin al que aspira la persona (hombre o mujer): a la felicidad.
Pero quiero hacer hincapié esta vez en algo que nunca puede faltar: en la alegría de los niños. Se encargaron de ello otros niños y niñas de 20, 30 años y más.
Me refiero a los voluntarios, a la peña que viste de colores todo acto festivo. No quiero mentar sus nombres porque todos los conocéis. Han venido trabajando desde años atrás, dedicando su esfuerzo al pueblo. Y efectivamente, el juego de las sillas, las carreras, las bicicletas y patines, el rompe-pucheros con los ojos vendados, el juego de las manos estampadas en un blanco papel, el concurso de disfraces, el juego de la rana y de los bolos y otras delicias más prestaron una magnífica ocasión para que los niños, sus padres y sus amigos más grandes rieran, sonrieran y gozaran de satisfacción al ver a sus hijos saltar de emoción al recibir los regalos que premiaban su ingeniosidad y entrega al gozo de las fiestas de Reinoso.
Todo ello fue posible gracias a la figura del que generosamente acepta el papel de voluntario. Allí, en efecto, estaba la mano de la joven y/o del joven, miembro de la Asociación o no, que levantaba al niño que resbaló, que aplaudía a la niña que perdió la silla y que abrió sus ojos al viento sin saber donde se encontraba. Sí, allí, donde se necesitaba, donde nadie pagaba por gastar su tiempo en favor del otro, allí donde todos hubieran podido estar y no estaban, allí donde la altura de miras derrochaba generosidad y entusiasmo mirando sólo el bien del pueblo. Gracias, Peña de Reinoso. Gracias, amigos y amigas generosas.
Gracias por vuestra mirada amable, por vuestras manos ágiles, por vuestra venta de cervezas a quienes no podrían agenciarlas de otra manera, al faltar el bar de las escuelas. Gracias a vuestra voz fina, potente y delicada por cantar los triunfos de los ganadores en los juegos.
Gracias por saber estar allí donde la urgencia reclama. Esperamos veros pronto por nuestras calles, cualquier día, vestidos no de payasos, sino de paisanos de pantalón y blanca camisa. Ojalá vuestro ejemplo levante oleadas de colaboración y mañana, en el 2020, sean más jóvenes, hijos de los hijos que ya no están en el pueblo, pero que aquí nacieron, quienes reemplacen o, mejor aún, multipliquen el número de peñas. Os esperamos con los brazos abiertos. El Ayuntamiento y la Asociación alaban vuestra entrega. Todos subimos a la cuesta de Santa Lucía y desde su pico redondo gritamos: Reinoso en fiestas, el pueblo vence. Gana el Cerrato. Todos crecemos.
Martín Rodríguez Rojo
No puede ser mejor la descripción que has hecho de las fiestas,Martín. ¡Felicidades a todos!
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