CONCHITA AYUSO AYUSO.
Han
tocado las campanas en una parroquia de Vigo. Se han escuchado en Reinoso de
Cerrato el día 10 de abril del 2019. Digo que las campanas fueron “escuchadas”,
no sólo oídas. Porque ciertamente, el pueblo ha puesto atención a esta muerte
de la conocida entre nosotros y su familia por Conce.
Eliecer,
su sobrina tan querida y celebrada en nuestra villa cerrateña cuando nos
acompaña en fiestas, nos lo dijo: Conce ha muerto.
Conce
se fue. Pero no murieron sus abras, ni su espíritu siempre alerta a los
acontecimientos, ni su mente lúcida, ni sus anhelos de cultura, ni sus lecturas
religiosas y científicas. Quienes la conocimos la recordamos como Presidenta de
las Hijas de María, como organizadora de acontecimientos populares, como
cantora de las misas en latín junto a Rosarito y Ade. Era una mujer “resuelta”,
dicho sea en términos reinoseros. Y lo probó cuando preparó las fiestas del
cantemisa de su hermano salesiano, Fortu. Cuando también hizo lo mismo en otro
cantemisa de un paisano del pueblo. Leía, recitaba y ensayaba poesías en el mes
de mayo, informaba sobre las noticias imperantes en la época, era primera en la
escuela, culta y sobre todo voluntaria.
Efectivamente,
cuando se fue a Vigo en el 1966, se hizo voluntaria de la CRUZ ROJA. Allí, al
mismo tiempo que se dio a los demás, aprendió ciertos conocimientos sobre salud
e higiene. Años más tarde, en el 1972, ejercía como auxiliar de clínica en el
Hospital Xeral de Vigo hasta su jubilación.
Conce
se fue. En Vigo vivió junto a sus hermanos y “tía” durante muchos años, pero a
Reinoso volvía en los días de la fiesta y a ver a su primo Jesús (“El
Chato”) a quien le resucitaba la casa,
dejándola ordenada y limpia, como siempre fue su vida.
Aquí
seguimos, Conce. Esperamos que te sigas acordando de nosotros como Reinoso, tu
pueblo, te recuerda a ti.
Con
afecto,
Martín
Rodríguez Rojo
Ya lo siento. ¡Qué en paz descanse esta gran mujer!
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