Día 26 de agosto. Espléndido amanecer. El autobús alquilado por la Asociación “Amigos de Reinoso” ya estaba saliendo de Palencia dirección Villaviudas, Reinoso, Soto, Magaz con destino Aguilar de Campoo. Recogía personas que habían optado por visitar la exposición “Edades del Hombre” en la antigua villa de Bernardo del Carpio, norte de Palencia. Total, 43 excursionistas, deseosos de culturizarse.
Llegamos. Allí estaba la Ermita de Santa Cecilia, en lo alto, al lado del viejo Castillo medieval. Después de escuchar el significado último de la exposición “Mons Dei” bajamos para continuar viendo otros capítulos de la misma en la Colegiata de San Miguel, ubicada en el corazón de la Plaza Mayor de esta antigua Villa Realenga.
Terminada la visita a las Edades del Hombre, no se terminaron las ganas de seguir viendo, explorando arte e historia y un grupo de insatisfechos de saberes continuó hasta el Monasterio de Santa María la Real. Códices, “beatos”, manuscritos… Toda otra exposición bibliográfica situada en lo que hoy día es Instituto de Enseñanza Secundaria. Otro bello reto aguilarense.
Comimos en el restaurante La Llave cerca de Santa María de Mave y de “Las Tuerces" y con la copita de licor en el cuerpo seguimos alimentando el espíritu cultural visitando la cueva de Los Franceses y el Mirador de las Loras desde donde se divisa el nuevo Geoparque Mundial que forma parte de la Red Mundial de la UNESCO. Primero de Castilla, 11º de España.
Volvimos. Unos cien kms. bien gastados, bien admirados, bien instructivos. Necesitábamos callar para rumiar internamente lo visto y vivido en la excursión. ¡Aquellos guías turísticos que hablaban maravillas sobre los cuadros e imágenes mostradas! ¡Aquel catecismo artístico repleto de sublimes ideas, intentando reconstruir una cosmovisión humana, capaz de dar razón de nuestras vidas. Toda una filosofía humanista desmenuzada palmo a palmo a través de la palabra y de la imagen. Desde la “Transfiguración”, cuadro anónimo, traído de Peñafiel, al “Salvador Bendiciendo” de Pedro Berruguete, procedente del palentino Frechilla.
¿La próxima? Devolvimos la palabra a quien la tomó para organizar la presente excursión, a la Asociación “Amigos de Reinoso” y nos bajamos cada uno en su pueblo de partida.
Una sola cosa nos guardamos como justificante: que lo que acabábamos de hacer se apoyaba en dos artículos de los estatutos de la asociación. Éstos: - Fomentar actividades en unión y colaboración con los pueblos y asociaciones vecinos. - Realizar actividades que procuren la promoción humana del pueblo en distintos campos, como el económico, social, cultural, formativo, artístico, recreativo y deportivo.
Habíamos subido desde la rasa campiña del Cerrato (el “Campoo” en amplio sentido) a las alturas de la montaña palentina donde las águilas construyen su nido (Aguilar) y ahora descendíamos de nuevo, desde Aguilar de Campoo, a los asuntos cotidianos del día a día en nuestros respectivos pueblos. Habíamos aprendido la lección: desde la problemática social de nuestras propias comunidades hasta las altas miras del monte aguilarense para transformar, aleccionados por el platónico monte del conocimiento, cristiano “Mons Dei”, la llanura de la vida campesina.
Asociación
Amigos de Reinoso (AAR).
Para ver el álbum de Fotos de la Excursión AQUÍ
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