VEINTICINCO CUADROS COMO VEINTICINCO SOLES.
Se encuentran, relucientes, en la sala de exposiciones del Ferrocarril de Venta de Baños. Junto a otra sala que contiene libros para que la gente lea y se llama biblioteca. Son originales de la pintora Guadalupe Merino Río. Zamorana ella. Cargada de esencias gallegas y residente en Venta de Baños. Además de pintora, entiende de cocina y prepara diariamente miles de comidas para repartir entre quienes las necesitan. Miembro de la Cruz Roja. Confeccionadora de alegrías para la España Vaciada, enlatadas en forma de programas que instruyen, divierten, forman y educan a quienes eligen participar en estas actividades pensadas para adultos, jóvenes y niños, cuando a estos últimos se encuentran en los pequeños pueblos de Castilla. Brillan sus ojos cuando habla. Cascabelean sus palabras cuando se dirige a cualquiera, dispuesto a escuchar; enciende el ánimo cuando se trata de pensar en el futuro y sueña con el pincel, con la plumilla, con el pastel o con el grafito, con el carboncillo o con la barra compuesta.
Estoy seguro que no pronunciaréis la palabra “¡adiós!”, sino que os saldrá un “hasta luego”. Necesitaréis volver para observar la sutileza de los colores, el detalle del rasgo en el objeto dibujado, la delicadeza que causa el conjunto de la obra.
Terminaréis diciendo: “Adelante, Guadalupe, esperamos tu próxima sonrisa grabada en trazos de pictórica belleza”.
Martín Rodríguez Rojo.
Reinoso de Cerrato. Palencia.
Muchas gracias Martín
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