ADIOS A DOÑA MARÍA
ASCENSIÓN RODRÍGUEZ MARTÍNEZ.
Ha sido el día 18 de abril de
2022. Fue el día en que Choncha se fue desde Madrid. Sus hijos Ricardo,
Eduardo, María de la Paz, Javier, Alfredo, Paloma y Catalina le dijeron adiós.
Lo mismo que hacemos nosotros hoy. Los miembros de la Asociación AMIGOS DE
REINOSO (AAR) a la cual Choncha perteneció y con la que generosamente colaboró.
Se fue cuando había cumplido su
misión de criar y educar a sus siete hijos. Después de haber acompañado,
aconsejado, animado e impulsado a su marido Ricardo Díez Hochleitner en tantas
grandes y excelentes obras como juntos hicieron en España y fuera de España.
Después de haber disfrutado de los ricos sabores de Castilla, a la que amaba y
conocía desde sus fuentes de origen familiar: Valladolid, Medina de Rioseco, Villalpando.
Después de haber dejado escrito en un libro la historia de la casa del monte,
así conocida en nuestro pueblo de Reinoso de Cerrato, pues antes en ella vivió
el guarda que cuidaba nuestros campos. Después de dejar constancia en dicha
publicación de que fue en el 1975 cuando ella y su esposo junto a sus hijos y
familia la inauguraron, celebrando una fiesta campera a la que acudieron gente
de Villaviudas y de Reinoso, de cuyos pueblos equidista. Después de asistir a
la asignación de la única avenida
existente en Villaviudas, a su marido Ricardo y de una calle a su suegro Félix,
oriundo de nuestro vecino pueblo.
Choncha se fue. Lo sentimos al
mismo tiempo que nos quedamos serenos. Una serenidad que infunde la certeza de
haber conocido a una persona que ha dejado huella en la vida. Un persona
sencilla, realista, humilde y entregada a las cosas esenciales de la historia y
de la sociedad.
Adiós, Choncha. Nosotros
seguiremos trabajando en la AAR, acordándonos de ti, de tu generosidad, de tu
ejemplo de vida. Apoyados en él, continuaremos luchando por aquello que tanto
te entusiasmaba: por tu Castilla despoblada, por tu Cerrato añorado, por tu
Palencia de Valladolid vecina. Sabemos que el esfuerzo realizado en lo local,
redundará en beneficio de lo universal, del mundo entero, de la América en la
que viviste un tiempo y con la que dentro de poco nos hermanaremos. Ese día, en el cual seguro que tu hubieras
estado acompañando a los mexicanos, nosotros te acompañaremos a ti. Sigue desde
donde te encuentres mirando a Reinoso y a Villaviudas, a quienes tanto querías.
Nosotros todavía rodamos por aquí, cumpliendo con aquello que tú nos enseñaste,
con aquello que a ti te apasionaba y al poeta Alberti le hacía exclamar,
refiriéndose al campo:
“Venid, los que dudéis, a ver
este milagro.
No hay ya nubes que puedan
confundiros los ojos.
Confesad, si os lastima. Gritad,
si os apasiona.
Aquí ha nacido algo que ha de
asombrar al mundo”.
Martín Rodríguez Rojo
Presidente de la AAR.
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