Reinoso de Cerrato: Inauguración de la Ruta Turística y Ruta de la Ribera al paso por Reinoso de Cto.

INAUGURACIÓN DEL CIRCUITO TURÍSTICO DE REINOSO DE CERRATO.

Después del agradecimiento que hemos oído, parece oportuno explicar el por qué de este acto de inauguración del circuito turístico de Reinoso.

Alicia Cordovilla, presentó la Inauguración

No se trata de un acto de vanidad ni menos aún de chulería. Sencillamente, la AAR quiere hoy rendir cuentas a sus socios, al pueblo en general y a la sociedad representada en los aquí presentes.

Nos lo exigían los estatutos que nos rigen y sobre todo el deseo de que Reinoso siga pisando en la historia del Cerrato. Nos duele la soledad, nos hieren las desapariciones. Nos inquieta el porvenir. Resulta de esas constataciones el anhelo de cuidar de nuestro futuro, de poner lo que esté de nuestra parte para poder seguir habitando estos lugares históricos, que han amamantado a nuestros antepasados. Hoy son dos rutas, mañana será un hermanamiento. Pasado, lo que la preocupación y los problemas acuciantes pidan a nuestra imaginación y buen querer.

Queremos hacer Reinoso, pero no aislado del Cerrato. Por eso, hemos llamado a nuestros vecinos, a nuestros pueblos limítrofes y nuestras autoridades. Por eso hemos buscado lecciones en los aledaños. Y hemos encontrado tanta riqueza, tanto aprendizaje que nos ha resultado fácil elegir. La AAR visitó Magaz para aprender, como digo, y descubrió la Avenida de Los derechos Humanos. Sólo este nombre nos emocionó y nos hizo comprender que nuestros amigos de al lado saben estar a la altura de los grandes inventos del siglo XX: la Declaración de los Derechos Humanos. Elegido para el nombre de una calle. Y por si fuera poco, a los cortos pasos empiezan aplicando uno de esos derechos – el derecho y el deber de respetar a la naturaleza – construyendo un hermoso paseo que va desde la salida del pueblo a la gasolinera Repsol. Un camino llano, ancho y limpio, bien señalado por unos maderos, y bien habilitado con bancos, papeleras, farolas, tela metálica defensora de la vía férrea, e incluso con juegos para que los niños aprendan los nombres de las plantas: tomillo, lavanda, salvia, santolina y romero.

Nos acercamos a Soto y vimos la zona llamada “EL PLANTÍO”. Un remanso de paz entre una abundante arboleda. También sus autoridades han instalado bancos, mesas, un campo de balonmano. Junto a este refugio de soledades, Soto vuelve a cumplir con su oferta de acogida como en otros tiempos hizo con los canónigos de la diócesis palentina. Has sido tú quien nos ha enseñado, desde hace tiempo, cómo hacer y cómo responder a las necesidades del pueblo.

Nos volvimos a Reinoso, no sin antes tantear Villaviudas. No necesitamos adentrarnos demasiado. Estaba a la mano el barrio de San Isidro y a su puerta, la ciudad de la Cultura. Así hemos querido llamar a un magistral conjunto que reúne escuelas de infantil y de primaria (aunque éstas últimas hoy día estén deshabitadas). Junto a las escuelas de niños y niñas, la Panera o centro cultural de adultos “Ignacio Marín” que completa la educación obligatoria con la educación permanente y junto a estos bien conservados edificios, el nombre de una calle que recuerda a un gran promotor de la educación, incluso desde las instancias más elevadas de la UNESCO: Avenida de Ricardo Díez Hochleitner, hijo de un hijo del pueblo. Tampoco faltan los bancos y las mesas, las papeleras, los arados como adornos y el reciente gran letrero con el nombre de VILLAVIUDAS que cierra el corro de la ciudad cultural. Cerca de la cultura, el deporte representado por un clásico frontón. No quisimos acercarnos al Paseo de las Lilas, porque ya lo conocíamos. Pero ahí está motivando visitas de turistas y, a su tiempo, sabrosos y nutritivos almendrucos junto a la dehesa Tablada.

Constataciones similares podríamos ofrecer en el limítrofe Villamediana que deja sin sentido a quien camina por su Paseo sobre el soterrado Arroyo de los Pastores o a quien tiene la suerte de merendar en el “Pocillo del tío Badanas” a unos 4 kms. de la “Esclavina”, ermita también restaurada por la preocupación y amor del pueblo a su riquísima historia de siglos.

Podríamos decir cosas parecidas acerca del “PASEO DETRÁS DEL LUGAR”, en Valle de Cerrato, a las espaldas del monte de Reinoso, bajada del Carrascal.

¿Quién no aprende viendo estas maravillas socioculturales en nuestro próximo entorno? ¿Qué Asociación no se ve impulsada a imitar lo bello cercano? Y fue entonces cuando la AAR dijo: “Hay que hacer algo por nuestro pueblo” y nacieron las rutas. Dos.

La primera: la histórico turística. 15 postes de hierro en forma de la letra inicial de nuestro pueblo, la erre. En cada erre, una leyenda clavada en su corazón: la bienvenida; la historia del pueblo; la del puente viejo, romano-medieval; la del puente nuevo; la del hostal “La Playa”; la Ermita; el Tercio; el reloj; la iglesia; la Tejera; la encrucijada de los vientos; la Pililla; el convento de la Claras y el Arenal.

La segunda ruta se llama “Ribera del Pisuerga a su paso por Reinoso”. Estamos ante su rústico y solemne arco de entrada. Ante nuestros ojos, el primer cartel que presenta el inicio de la ruta y da la bienvenida a visitantes. Le siguen un sendero trazado a mano y a compás; dos flechas indicadoras; una contundente mesa granítica acompañada de dos bancos no menos contundentes; un cartel ilustrativo de la flora y fauna del lugar; otra mesa; nueva flecha indicadora junto a la central hidroeléctrica para no despistarse; un banco mirando a los patos del Gran lago pisüerguino; cuarta flecha; y arriba, en la cumbre, mirando al infinito cerrateño, la última mesa y el último cartel que describe la panorámica del lugar.

Ya es hora, amigos y amigas de Reinoso, apreciadas autoridades que nos acompañáis.

Gracias por vuestra presencia, una vez más. Tenemos preparadas las tijeras. Se cortará una cinta, pero se levanta una esperanza. La construcción de un Cerrato hermanado, la ilusión de uno de sus pueblos, queriendo resucitar.