Hola, amigos: Espero estéis todos bien y vuestros familiares y amigos, la vacuna está cerca ya, y pronto volveremos a la normalidad, mientras toca esperar y tener las precauciones que nos recomienda desde Sanidad.
Por eso esta fiesta de nuestra patrona Santa Lucía la tuvimos que celebrar con las medidas oportunas del momento, sin procesión y con separación de los asistentes, que pena con lo bonita que es la procesión a la Santa y el coro que suelen venir a cantar la Santa Misa.
Martín como siempre ha querido recordar a su manera esta fiesta tan nuestra.
Un saludo
charly
SANTA LUCÍA EN EL REINOSO DE 2020.
Llegó el día 13 de diciembre. Las esperanzas de la gente no eran muy ambiciosas.
Se pensaba pasar con poco, dado el ambiente traicionero de la pandemia.
Cerca de 70.000 fallecidos, según algunos.
Aquellos días invernales de hace 80 años no estorbaban a los vecinos de Villaviudas, Soto, Magaz, y algún que otro pueblo cercano para llegar a Reinoso el día de esta fiesta. Era la única que se celebraba en el pueblo. Había frío, lluvia a veces, charcos, barro, músicos, baile y ganas de pasarlo bien. No importaba. Valía todo para acercase a Santa Lucia que lucía, única y solitaria en el mes de diciembre cuando dejaban de tocar todas las campanas de los alrededores. Al levantarse ella sola en la penumbra de las soledades, la Fiesta de Reinoso tenía su gracejo, sus almendreros y sus meriendas en lo profundo de las bodegas.
El aún otoñal 13 de diciembre ha cambiado de sentido. El jolgorio se reserva para el día de la Virgen de Agosto. Hoy se trata de la fiesta de la Patrona. La buena moza siracusana se baja de su altar y se coloca en las andas para que otros cuatro mozos la paseen por las calles de la villa. Los que siendo del lugar residen lejos vuelven al pueblo y la iglesia suele llenarse. A la salida, el apretón de manos, los saludos, las añoranzas, los recuerdos, los besos y los abrazos.
¡Cuánto tiempo! – Desde el año pasado, se responde, y empiezan los dulzaineros a tocar en la plaza. Alguna se atreve a mover al chico de al lado y tal vez surja un conato de baile callejero.
2020 fue distinto. Prohibido tocarse, prohibidas las grandes aglomeraciones. Ni siquiera el coro parroquial de alguna próxima población había sido avisado. Pero siempre hay uno. Una persona que rompe los silencios. En este caso, un visitante de Cabezón, casado con una reinosera. Pidió permiso al cura. Éste asintió y a lo largo de la celebración eucarística resonó la voz profunda y sonora de Andrés, cantando la misa castellana. Jotas en el templo, inundado de sorpresa. Los asistentes entendieron que había algo que celebrar, que, a pesar de los pesares, hoy era Santa Lucía. Aplausos al final. Contento en los rostros. Se remató el acto con el canto de la “Salve”. Hubo quien tuvo que retener la emoción, escondiendo las manos en los bolsos y apretando los dedos para dar rienda suelta al sollozo reprimido en este valle de lágrimas.
Hubo quien comentó que ninguna bombilla igualaría al esplendor de los ojos de Santa
Lucía, servidos en un plato, después de ser martirizada por algún romano de aquel tiempo, obsceno e intransigente.
La fiesta terminó cuando el último visitante, libre de coronavirus, regresó a su casa.
MRR.
Podeis ver mas fotos de este día de Santa Lucía en este enlace
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