viernes, 14 de septiembre de 2012

CENAS DE SOLIDARIDAD en Reinoso de Cerrato


A  CENAR, QUE HAY MUCHA HAMBRE.

Puso en mis manos, Charly,  un díptico con el título de COMUNIDADES PARROQUIALES de Magaz, Reinoso, Soto y Villaviudas. Lleva fecha de 15 de agosto de 2012.
Y me dijo: lee esa noticia y trabájala. Cuando termines, me la mandas y la colgamos en la web.
Aquí me tienes, Charly, “alma Mater” de la web y del Reinoso virtual que va naciendo, creciendo y desarrollándose gracias a tus desvelos tanto nocturnos como fotográficos.
En la página segunda del folleto se alude a la Festividad de la Asunción y se afirma que tres de los retablos de las iglesias de los pueblos ya citados están presididos por la imagen de la Virgen. En la página tercera se recogen una meditación y una oración, alusivas a la Virgen y  la cuarta y última página se dedica a dar NOTICIAS DE NUESTROS PUEBLOS.
Una de ellas se titula CENAS DE SOLIDARIDAD y comunica que se han celebrado una en cada uno de los pueblos para ayudar a la construcción de unas escuelas en Haití. Se han recogido 4000 euros, resultado de la suma de los 875 de Soto, los 720 de Magaz, los 1110  de Villaviudas y los 550 de Reinoso, a todos los cuales se han añadido 740 de las colectas respectivas a cada pueblo.
Después de leído todo el texto se me ocurren algunas reflexiones:
1. Hablar de comunidad parroquial es hablar de mancomunidad, salir del particularismo individual y saltar a una concepción colectiva, comunitaria, social de la vida de los pueblos. No somos uno, somos cuatro. No somos sólo yo, somos “nosotros”. Es decir, más fuertes, más eficaces, más mundiales.
2. Un ejemplo de esa mayor fortaleza  queda evidenciado en el resultado de las cenas solidarias. Ese dinero aplicado a un mismo objetivo supone una gran ayuda a un país cuyo cambio monetario multiplica al  euro por cerca de 52 unidades de su moneda, el gourde. Es decir 1 euro = 51, 82 gourdes.
De modo que 4000 euros es una cifra importante para construir alguna escuela.
3. Me permito felicitar a D. Julián, párroco de estas parroquias, por su iniciativa. A los feligreses cerrateños nos gusta salir al exterior. El estereotipo de encerrados en nuestros lares  es un prejuicio que no se aviene con la realidad. Somos amigos de los amigos, abiertos a las necesidades que vemos claras, generosos con la desgracia y dispuestos a la salida justa de los problemas sociales.  
4. Nos gusta una iglesia que se preocupe de la sociedad, que nos hable de las noticias del mundo, que enfoque, desde la interpretación de sus documentos doctrinales, un análisis de la realidad, impulsor de la búsqueda de las causas que producen la desigualdad social y queremos, por fin, ver en la Iglesia un compromiso firme y decidido por los pobres, por los excluidos del sistema. Junto a esta Iglesia nos sentimos a gusto. La contraria no es evangélica. Por todo ello, D. Julián, enhorabuena y adelante. Cuente con otra cena, porque contribuiremos modestamente a eliminar el hambre, tanto física como cultural. 
5. La cena se celebró en una de las antiguas escuelas públicas. La otra es bar, la cual desempeña también oficios culturales. La comida no se compró, porque la mayoría de los comensales aportaron los alimentos que se consumieron. Con lo cual la recaudación irá plenamente destinada, al cien por cien, a la construcción de las escuelas de Haití, país azotado  por un terremoto.    Era digno de ver cómo las de Reinoso se repartieron las tareas: una recoge,  otra vende los boletos, otra suma, otra distribuye responsabilidades, otra prepara el bingo, coordinado por D. Julián de nuevo. Araceli, Tere, Maxi, Basi, Justi, Paula y más… Una tras de otra, porque la  causa lo merece. Y cuando el pueblo ve que hay razones convincentes, no hay más que decir.  Manos a la obra. Como habrá que hacer con la ventana y el revestimiento de la pared que vigila desde el exterior a la sacristía de nuestra iglesia del s. XII. 


Martín Rodríguez Rojo

Valladolid a 19 de agosto de 2012

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