05.05.10 - 00:50 -Publicado por el periódico Norte de Castilla
Perfecto Rioja, Francisco Calleja y Jesús González recuerdan el pasado del pueblo y los cambios habidos
Reinoso de Cerrato tiene playa, y no es que yo haya tenido una visión o que me haya equivocado de zona geográfica. Dista mucho de las que todos conocemos, más que nada porque Reinoso no tiene costa y no tiene mar, pero lo que sí ti ene es un río, el Pisuerga. Y en esta peculiar playa es donde Jesús González y Perfecto Rioja, de 68 años, se bañaban de pequeños y disfrutaban como nadie dándose chapuzones en un río que, como los dos coinciden en señalar, «antes estaba limpio y ahora tristemente no hay más que suciedad».
Hace unos cincuenta años, un vecino de Reinoso que tenía su casa y propiedades cerca del río, casi a la entrada del pueblo, tuvo una genial idea. Si los forasteros que vienen a bañarse al río, ponen a enfrescar sus bebidas en un pozo donde el agua estaba muy fría, ¿por qué no pongo yo un puesto y vendo bebidas y comidas?. Y así empezó el proyecto del Hostal La Playa. Se traían dos camiones todos los años cargados de arena de playa para que los vecinos y forasteros tuviesen la sensación de estar realmente en un lugar con mar. Y acompañada de Jesús, Perfecto y Francisco Calleja, el alcalde de Reinos o, conozco estas instalacion es por las que tantas veces han corrido y jugado nuestros tres protagonistas.
Tanto Jesús como Perfecto recuerdan aquellos años en los que la zona de la playa est aba repleta de coches y turistas. «Yo me acuerdo de ver fotos antiguas del pueblo con decenas de coches Seat 600 aparcados en esta zona», rememora Jesús. Ahora siguen viniendo turistas en verano, pero durante el resto del año el hostal recibe otras visitas. «Actualmente, los que se quedan a comer y a dormir son los operarios que están trabajando en la construcción de la línea de alta velocidad, que pasa cerca del pueblo», apuntilla por su parte el alcalde.
Pero Reinoso, además de esta zona y de este hostal, tiene muchos más atractivos. La zona de las bodegas es el balcón del Cerrato.
Cuando eran las fiestas de los pueblos de alrededor, los jóvenes de Reinoso cogían la bicicleta, llegaban y la aparcaban en algún sitio oscuro para que nadie se la robase . «Nosotros las dejábamos apoyadas por cualquier sitio porque no había riesgo de que te robasen la bici, pero, por si acaso, si que es verdad que las intentábamos dejar en un sitio en el que diese la sombra», dice Jesús.
Desde allí pueden divisarse varios pueblos de la zona y disfrutar de un paisaje que pocas veces se re pite. «Cuando éramos jóvenes, íbamos a hacer meriendas los sábados y los domingos con los amigos a las bodegas», manifiesta Perfecto. «Era una manera sana de divertirnos los jóvenes, y no como se divierten muchos ahora», apunta Jesús.
Cuando eran las fiestas de los pueblos de alrededor, los jóvenes de Reinoso cogían la bicicleta, llegaban y la aparcaban en algún sitio oscuro para que nadie se la robase . «Nosotros las dejábamos apoyadas por cualquier sitio porque no había riesgo de que te robasen la bici, pero, por si acaso, si que es verdad que las intentábamos dejar en un sitio en el que diese la sombra», dice Jesús.
La buena sintonía entre los vecinos de unos pueblos y otros era espectacular, y lo sigue siendo hoy en día, pero no conviven tanto como antaño. «Que eran las fiestas en Magaz, pues allí íbamos; que eran las fiestas en Reinoso, los jóvenes de los pueblos de alrededor aquí venían y se sentían como unos más», apunta Jesús. Entre risas recuerdan cuando eran unos niños y, claro, no había baños y tenían que salir de la clase para ir a hacer sus necesidades. «Las mujeres iban a un sitio y los hombres íbamos a otros para no vernos», señala entre risas Perfecto.
Durante las más de dos horas que compartí con Perfecto, Jesús y el alcalde, pude conocer a la perfección los rincones de Reinoso y disfrutar de dos ricos cafés, uno en el teleclub del pueblo y el otro en el Hostal La Playa. Ya ven que eso de la tradición de los bares llega a todos los rincones de España por muy pequeño que sea el pueblo.
Los tres echan de menos el ambiente que se respiraba antes, y aunque esperan que la construcción de varios polígonos industriales en las localidades limítrofes dé más vida al municipio, apuntan que como en Reinoso no se vive en ningún sitio. La pena de Reinoso de Cerrato, al igual que ocurre en otros pueblos, es que en los últimos dieciséis años no ha nacido ni un solo niño en el pueblo.
Entonces...¿los niños que nacieron en el 2006 y de los que se habla en el otro artículo?
ResponderEliminar¿El mismísimo alcalde no se ha enterado?