Nuestro amigo y administrador del blog de Reinoso, Martín Rodríguez como es habitual y ante el fallecimiento el día 6 Enero 2016 de Domi (Domitila Ortega Marín), nos envía un pequeño homenaje de recuerdo.
DOMI.
Una de las últimas veces que vi a Domi estaba sentada a la puerta de su casa. En una sombreada calle de su querido pueblo de Reinoso. Un día de verano. Tranquila y con ganas de hablar. Unos meses después me enteré de que su familia le había llevado al hospital. Había que curar a Domi. Más tarde se despidió de nosotros para siempre. A sus 88 años se marchó en busca de su marido Aurelio y de su hija Encarnita, diciendo adiós a sus hijos María Jesús, Enrique y Jaime; acordándose de sus hermanos Marce, Anatolio, Ines y Espe. Estoy seguro que toda la familia, ese día, mentó los nombres de sus padres y abuelos Urbano y Vitoriana. Uno tras otro, hombres y mujeres, desfilamos ante la muerte, después de nuestro servicio a la vida.
Y así lo hizo Domi, cuando le llegó su turno. Con la responsabilidad del deber cumplido, nos dejó el grato recuerdo de su interés por las cosas de este mundo. No le pasaban inadvertidos a Domi los acontecimientos cotidianos. Siempre preocupada por la marcha de la historia, curiosa por saber, por estar al día. Deseosa de pronunciar su palabra ante los problemas que acuciaban al tiempo que le tocó vivir. Era esta positiva voluntad de conocer las circunstancias que le rodeaban la característica que, a mi juicio, tiñó la existencia de Domi de un entusiasta color.
Por todo ello, te mostramos ahora que nos oyen otros, nuestro agradecimiento. Nos has enseñado algo importante. Intentaremos aprender y practicar tu lección.
Martín Rodríguez Rojo
jueves, 19 de mayo de 2016
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario