Nuestro administrador del blog de Reinoso, Martín Rodríguez, nos envía un escrito homenaje de Maxima Montoya Alonso fallecida recientemente.
MAXI:
Aún la pude ver jugando a las cartas en una de esas reuniones que las mujeres de Reinoso celebran de vez en cuando en el Centro Cultural.
Silenciosa, callada, centrada en el juego y mostrando, sin decirlo ni cacarearlo, su talante paciente, condescendiente y amistoso.
Ésta era nuestra paisana, con quien tuve la suerte de ir, juntos, a la escuela con nuestro común maestro, D. Domitilo Aguayo, que en paz descanse.
Ella era la pequeña de los siete hermanos, hijos del Sr.Francisco y de la Sra. Aniana.
A ella le tocó preparar los almuerzos, las comidas y las cenas de aquellos interminables días de verano, cuando al labrador cerrateño se le juntaba la luna y el sol junto a la máquina de segar, a la “morena”, síntesis de gavillas, al rastreo de espigas olvidadas, al carro pleno de nías, envueltas en sendas redes, bien apretadas por el cargador.
Entre estos trajines más duros y propios del hombre, estaba también ella, montada en el trillo, barriendo la era, “motrileando” con el botijo en el talego y la bota en la cesta de la merienda.
82 años han sido el completo de su vida. El 4 de mayo de este mismo año, 2016, nos dejó. Antes se habían ido Carmen, Pela, Juliana, Miguel, Justi, Francis, sus hermanos, y Jesús, su marido, a quienes siempre quiso y cuidó. Sigue la vida y siguen sus sobrinos. Seguimos nosotros, todos tus amigos y amigas de Reinoso, recordando tu silencio, tu modestia y tu trabajo, las grandes virtudes que adornaron tu existencia.
Gracias por haber podido convivir contigo.
Martín Rodríguez Rojo.
miércoles, 25 de mayo de 2016
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario